Llevábamos ya unos días en Cantabria (España) realizando una ruta del Románico que nos estaba encantando. Ese día en concreto tomamos como referencia la N-611 de Reinosa a Torrelavega y decidimos desviarnos hacia Bostronizo (salida a San Vicente de Toranzo) para ver una pequeña ermita que aparecía en nuestros apuntes de viaje, pero de la que apenas teníamos información.
Para llegar a la ermita es necesario preguntar en el pueblo y seguir un camino que circula entre bosques y con ligera pendiente en algunos tramos. En unos 2-3 km se puede ver a la izquierda un pequeño sendero, hay que estar atentos para no pasarlo de largo. El coche hay que dejarlo en la pista y bajar andando por el sendero unos 200 metros.
Nosotros llegamos a última hora de la tarde, con los rayos del sol entrando en oblicuo a través de los árboles, resaltando los tonos verdes en algunas zonas y creando sombras y volúmenes en otras... y allí escondida, como sin querer molestar a la naturaleza circundante, nos encontramos con esta pequeña y coqueta ermita mozárabe.
Es como encontrarse con algo que aparentemente no debería estar allí, una sensación de sorpresa agradable: un edificio sólido, de piedra de sillería bien labrada, que parece que ha crecido de forma espontánea en medio del bosque, con una puerta de acceso en forma de arco de herradura situada en la pared Norte (una situación bastante inusual) y unos bellos modillones de lóbulos que sostienen el alero, decorados con flores (símbolo del Cielo y de Cristo) y esvásticas (símbolo del sol).
La espadaña gótica, añadida probablemente en el siglo XVIII añade otro contraste más a la escena.
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Ermita de San Román de Moroso
Etiquetas: españa, monumentos
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